Borja Guisasola, Diego Zalbidea
Cuál es el planteamiento de nuestro trabajo creemos que parece claro por el encabezamiento de nuestra ponencia para esta nueva edición del Congreso de Universitarios del País Vasco. Pretendemos analizar cuál es y cuál debe ser la proporción entre las variables de cooperación y competencia y su incidencia en la rentabilidad y productividad humana y profesional del trabajo en nuestra sociedad.
El recurso al diccionario de la R. A.E. de la Lengua siempre es útil y en este caso puede ser de gran valor esclarecedor. La definición que el diccionario nos ofrece de la COOPERACIÓN es la siguiente: "Acción de obrar juntamente con uno u otros para un mismo fin " Así mismo, la que corresponde a la palabra COMPETENCIA dice así: "Disputa o contienda entre dos o más sujetos sobre una cosa." Aunque sea brevemente es importante señalar cuáles son las notas que diferencian estas dos figuras y analizar cuáles son los rasgos comunes. Empezando por estos observamos que las dos pretenden un fin determinado y a La vez en ambas intervienen dos personas o más. Respecto a las diferencias, cabe señalar que en la Cooperación el fin que se busca por las partes es el mismo mientras que en la Competencia el fin perseguido puede ser diferente y por lo tanto excluyente del otro. Como una ampliación de esto último es importante apreciar que en la Competencia lo realmente importante es una lucha entre fuerzas, que en la Cooperación aparecen agrupadas.
Al preguntarnos por el sistema perfecto de relación de estas dos variables debemos empezar reconociendo la imposibilidad de determinar certeramente los porcentajes de cada una que se corresponden con el nivel deseado de desarrollo, dada la cantidad de factores y nuevas variables que intervienen en la fijación de cada una de ellas. Como segunda precisión no debe olvidarse que nos supone un gran esfuerzo encontrar en la realidad de cada día modelos puros de relación. Nos referimos a sistemas donde la cooperación sea nula y a sistemas donde la competencia no tenga cabida. Ejemplos de uno y otro lo representan la cultura del "pelotazo" y los regímenes de monopolio. Atendiendo a estas circunstancias circunscribiremos nuestro estudio a la fijación de unos mínimos intraspasables en la fijación de la combinación de las variables.
El concepto de sinergia es de sobra conocido por cualquier universitario. Hoy en día se han creado diversas acepciones para aplicar este término a las diferentes ciencias. Sin pretender inaugurar una nueva línea de pensamiento hemos dotado a este concepto de un significado especial en nuestro análisis. Sinergia cooperativa seria la que se consigue a través de la cooperación un reflejo claro sobre la productividad del trabajo, tanto humana como a nivel de rentabilidad, es decir, aumenta la productividad. Sinergia competitiva es el aumento de productividad que se produce en el trabajador por la expectativa o temor que puede suponer una competencia. Sin embargo estos dos conceptos pueden tener una contrarrespuesta: por un lado la cooperativa si no encuentra factores motivadores puede llegar a ser ineficaz, claro ejemplo de ello es la actitud de parte del funcionariado, que se ampara en lo vitalicio de sus puestos de trabajo para no desarrollar sus propias capacidades. La contrarrespuesta de la competitiva viene de la mano de que una competencia salvaje termina por eliminar a ciertos sectores de la población con lo que se resiente la productividad total.
El resultado de este estudio quiere aportar no una solución total al problema planteado sino el establecimiento de unas líneas tendenciales sobre las que se debe desarrollar la actividad de dirección de empresas.
La clave esta en establecer unos mínimos imprescindibles de competencia y cooperación. De todo lo dicho anteriormente se deduce que la cooperación tiene una mayor repercusión positiva en la productividad y por lo tanto en el desarrollo en la medida en que se encuentre enmarcada en un marco de competencia.
A su vez la competencia debe ser controlada para que no ahogue la sinergia cooperativa que suele ser mucho mayor que la competitiva.
Por lo tanto y para terminar diremos que el marco
de cooperación es necesario y debe respetar siempre el
desarrollo de la personalidad de cada trabajador, y en ningún
caso debe llegarse al extremo de que la contrarrespuesta de la
sinergia competitiva anule a algún trabajador, no sólo
por su repercusión en la rentabilidad sino también
por su repercusión en el desarrollo de la sociedad, dentro
del cual se encuentra como elemento determinante la autorrealización
personal e individual de cada trabajador.