DESARROLLO ECONOMICO: COMPETENCIA Y COOPERACION


José María Dolz, Javier Sancho-Fonfría, F. González Alonso

Introducción

En estos días, debido a una fuerte influencia de la ideología capitalista, donde se busca más el bien individual que el colectivo, los países son conscientes de que la única solución al problema de la desigualdad es la cooperación. Esta vela por un desarrollo más uniforme y en el que todas tienen cabida, por lo que se ajusta más a la concepción de un mundo o una sociedad igualitaria. Aunque la cooperación no está muy extendida en nuestra cultura, voy a intentar argumentar los mayores beneficios que aporta al crecimiento económico de las naciones contraponiéndolo a la muy extendida competencia en la que crecimiento individual tiene prioridad y perjudica al colectivo.

Dilema de los prisioneros

Si la hipótesis de partida es la búsqueda del bien común podemos hacerla verdadera apoyándonos en el dilema del prisionero.

cooperando
no cooperando
cooperando
(3,3)
(10,0)
no cooperando
(0,10)
(10,10)

Este cuadro nos muestra las conductas posibles entre dos reos y las repercusiones de éstos. Así, si sólo uno acusa al otro el resultado es 10 años de cárcel para el acusado y libertad para el acusador. En caso de que se delaten mutuamente la pena será de 10 años para ambos. En cambio, si decidiesen no culparse el uno al otro serán encarcelados durante 3 años cada uno frente a los 20 totales de la no cooperación. Este ejemplo es un claro exponente de que la cooperación lleva a un resultado común más favorable, aunque individualmente podían obtener un mayor beneficio. El individualismo tiende a cooperar hasta donde su propio interés le dice que compensa hacerlo para no verse perjudicado, mientras que cooperar es una forma de solidaridad práctica. Aun atendiendo a la naturaleza egoísta del hombre, siempre sería más beneficioso a largo plazo cooperar que no hacerlo.

Problemas de la cooperación

Un posible problema puede ser que dos compañías decidiesen repartirse el mercado durante un periodo de tiempo, por ejemplo 10 años. Al estar finalizando el periodo una puede decidir incumplir el pacto pensando que la otra hará lo mismo o simplemente para incrementar su propio beneficio, de forma voluntaria. Si la segunda actuase de la misma manera el año anterior, pensando que la primera iba a obrar de esa manera, la cadena de incumplimientos retrocedería de forma que resultaría imposible la cooperación. Una posible solución sería la Ley del Ojo por Ojo o Ley del Talión, en la que ambas partes coaccionadas mutuamente decidirán cumplir el pacto ante el miedo a las posibles represalias.

También puede ocurrir que no se produzca una ruptura del pacto por las partes voluntariamente, sino un fallo de mercado o una mala interpretación ( v.g. un descenso de la demanda… ) lo que haría que no se respetara el pacto. Necesitamos encontrar una estrategia que discrimine mejor: indulgente cuando la falta de cooperación parezca una excepción, y que castigue cuando la falta de cooperación parezca la regla. Para aplicar esta nueva estrategia hay que basarse en estas cuatro pruebas:

Estas reglas no son del todo exactas, más bien sirven de orientación para que la cooperación se cumpla. La aplicación excesiva de éste método podría llevar a la ruptura total de cooperación. En el mismo sentido, un castigo no suficiente, a destiempo , provocaría un aprovechamiento por una sola de las partes.

Este ejemplo de parasitismo lo encontramos en las relaciones Norte-Sur, en las que los países subdesarrollados no pueden ejercer ninguna medida de presión contra los desarrollados, impidiéndose de esta manera la colaboración y el desarrollo. Un castigo impuesto debido a una mala interpretación también podría ser decisivo para acabar con la cooperación.

Problemas de la sociedad

Los tres siguientes subapartados que voy a tratar no llevan a la hipótesis inicial, por lo que no los considerare como posibles soluciones; vamos a demostrarlo:

Incorporación de los países subdesarrollados

Uno de los grandes problemas económicos actual a nivel internacional es la introducción en dicho mercado de los países subdesarrollados . Estos se encuentran sumidos en un nivel de pobreza , medido en Renta per Cápita, muy alto. Esa pobreza incide en todos los ámbitos, económico, político, social y cultural. La política actual de los países desarrollados consiste en mandar ayudas en forma líquida, cuando lo que realmente hace falta es crear infraestructura sobre las que asentar las bases de un futuro desarrollo, aumentando la competencia. Precisamente ahí radica esta actitud del Norte; no les deja entrar en el mercado ya que esto pone en peligro su necesidad de seguridad y supondría la aparición de nuevos competidores. Por ejemplo: el "círculo vicioso" establecido entre Perú y Estados Unidos; el primero debe exportar drogas al segundo para conseguir dólares con los que poder comerciar ya que su moneda está devaluada.

Oligopolio

Es una clase de monopolio en la que diferentes empresas se dividen el mercado de forma tácita impidiendo la entrada en el mismo de otras empresas, lo que acarrearía una disminución del beneficio. El problema de no dejar entrar a otras empresas en un determinado mercado es la ruptura de la competencia perfecta, ya que al tener aseguradas la ventas y no tener competidores no se invierte en investigación y desarrollo y no hay intento de proceso de mejora. Ejemplos claros de oligopolio son los cartels y los trusts, donde un grupo de empresas fijan los precios de los productos, limitando la elección del consumidor: sólo hay un precio y un producto. Ejemplo: el reparto de mercado hecho por las lavanderías, mediante el cual unas se ocupan de los hoteles, otras de los restaurantes… sin poder entrar unas en el campo de las otras.

Intervención estatal

Otro obstáculo a la libre competencia es el proteccionismo estatal, en el que el Estado, subvencionando los productos de empresas menos competitivas que las extranjeras intenta igualar y mejorar la relación calidad-precio con los productos de otras naciones en el mismo sector. Esto acarrea dos consecuencias fundamentales:

Existen dos medidas de intervención del Estado:

Desde el punto de vista interior una posible medida es la adquisición del producto por el propio Estado (v.g. en Rusia, a comienzos de su desarrollo en el siglo XX, el Estado compraba toda la producción interior de hierro) o la subvención de la producción.

Conclusión: competencia vs cooperación

Adam Smith escribió en 1776 en The Wealth of Nations una de las argumentaciones para demostrar que existe la competencia perfecta: "No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de quien esperamos nuestra cena, sino del cuidado que estos ponen en su propio interés ... todo individuo busca sólo su propia seguridad, sólo su ganancia personal. Y en esto le guía una mano invisible que promueve un fin que no formaba parte de sus intenciones. Siguiendo su propio interés a menudo promueve el de la sociedad con más eficacia que cuando realmente pretende promoverlo"

La primera pregunta que se me ocurre a cerca del tema es si la "mano invisible" de Adam Smith da como resultado un equilibrio óptimo para la sociedad. Mediante esta teoría defiende que cuando cada individuo tiende a la obtención del bien individual consigue, involuntariamente, la consecución del bien común. Esta teoría tiene como punto a favor que el mercado otorga el precio justo a cada bien porque la competencia impide que el empresario eleve el precio de manera no proporcional al de los recursos utilizados para su elaboración.

Sin embargo, es muy criticable porque los modelos económicos en ella simplificados no coinciden en ningún caso con la realidad. La Economía no es una Ciencia que se pueda experimentar en el laboratorio, por lo que sus conclusiones no serán aplicables a la vida cotidiana, tanto en el tiempo como en el espacio, como ya le criticaron los Historicistas alemanes en su época.

La competencia perfecta, como es sabido, tampoco existe en ningún sistema económico en estado puro porque todos los mercados están influenciados entre sí. Los países más desarrollados crean presiones para verse favorecidos en la comercialización y producción de sus bienes. Un claro ejemplo es Francia, que se negó a participar en reuniones europeas con el fin de no alcanzar el quórum necesario para la adopción de decisiones mientras ella no fuera perjudicada por el recorte de producción de algunos de sus productos agrarios. También es discutible porque, en contra de lo que la defiende, no todos los recursos tienen un precio, como es el caso del aire, la energía del sol, los saltos de agua, ... que todos utilizamos y no pagamos por usarlos. Las personas pagan un precio por los bienes equivalente o inferior a la utilidad marginal que ello les reporta; esto implica que no hay una pésima utilización de los bienes, en cambio los recursos sin precio, muchas veces son utilizados de forma abusiva, lo que perjudica a la comunidad.

Por otro lado la cooperación basada en la utilización de los demás siempre como un fin y no sólo como un medio tiene como resultado el beneficio común que es lo que venimos buscando. Actualmente hay que adoptar actitudes menos basados en el individualismo interesado, la actividad productiva, produce otros bienes más importantes y a los que se tiene en menor consideración. A estos se llega mediante la cooperación bien entendida: continua comunicación, división del trabajo, libre información de avances tecnológicos, … que provoca una producción y comercio óptimo para todas las partes.

La cooperación exige de todos lo mejor, no puede existir si alguien no está dispuesto a colaborar y sin prejuicios. Éste es el gran problema de la cultura de la sociedad occidental en la que las partes se ven como competidores en vez de ser colaboradores y tender hacia el desarrollo mutuo y al progreso económico. En cambio, la cultura oriental y en concreto la nipona, apunta hacia la cooperación entre empresas y lo que es más importante, entre los propios trabajadores. Este es el motivo por el cual Japón está al frente de los países desarrollados aunque los occidentales pensemos lo contrario. Lo ideal seria un nuevo cambio de la cultura occidental para adquirir las buenas costumbres de nuestros competidores.