UNIVERSIDAD: LA GUERRA POR EL TITULO


Antonio Alonso, Ignacio Chavarri, Igor Poy, Álvaro Sancho, Diego Chamorro

Introducción

Dentro del tema que se plantea en el congreso universitario para este año 97 de competencia y cooperación, partimos de un hecho para nosotros evidente como es la competencia casi brutal que se genera a la hora de obtener un puesto de trabajo, hecho que, en general, debe tener también repercusión en el ambiente universitario. Con este trabajo queremos estudiar cuál es la repercusión de esta competencia en la motivación y criterios que utilizan los jóvenes para elegir la carrera universitaria.

La universidad ha pasado de ser el lugar que acaparaba a la élite intelectual (al que se acercaban los hombres deseosos de saber y de donde surgían los grandes maestros y pensadores), a un mero trámite necesario para poder alcanzar un puesto de trabajo más o menos prestigioso. En fin, una especie de formación profesional pero en grado superior, donde lo único que se estudia es lo que va a servir para ejercer un trabajo profesional.

Y de aquí cabe preguntarse ¿Hasta qué punto un universitario estudia lo que le gusta? ¿qué otros factores intervienen en la elección de la carrera universitaria? ¿cuáles son los criterios de la elección? ¿en base a qué información se realiza dicha elección?

Métodos

Aunque muchos se atreverían a contestar con unas pre-ideas generales y los datos aislados de que disponen, nosotros hemos querido estudiar las respuestas a estos interrogantes preguntando a los propios interesados. Para ello hemos realizado una encuesta a dos grandes grupos que están viviendo de cerca este problema. Por una parte hemos encuestado a los alumnos de COU, que están barajando la elección de una carrera sin considerar quizás las limitaciones extrínsecas impuestas por la propia universidad. Por otra parte los alumnos de primero de carrera que ya han realizado la elección.

De los primeros hemos encuestado 165 alumnos y de los segundos 157. La encuesta ha sido la misma en ambos grupos cambiando los tiempos verbales.

En primer lugar hemos preguntado por la carrera que iba a estudiar. A continuación hemos investigado las razones de la elección de la carrera, concentrándonos en tres de ellas: gustos y afinidades intelectuales, prestigio social y posibilidad de colocación profesional. Hemos estudiado también la calidad de información de la que disponían los alumnos a la hora de la elección.

Resultados

Siguiendo las preguntas anteriormente indicadas hemos obtenido los siguientes resultados. A la pregunta de la carrera que han elegido nos encontramos conque lo más abundante es empresariales (un 28% de los encuestados la han elegido), seguida por derecho (20%) e ingenieros superiores (16%), obteniendo como datos curiosos que tan solo un 3% quiere estudiar periodismo o un 2% arquitectura. Otras carreras con resultados interesantes son informática (8%) y medicina (7%).

La razón fundamental en la que el joven se basa para elegir su carrera universitaria es sus gustos y afinidades. Esto se puede apreciar en la respuesta que dan a las razones para la elección de su carrera, en la que los encuestados tenían cinco posibles respuestas: porque les gusta la materia, porque tiene salidas profesionales, por influencia familiar, porque tiene prestigio o por otras razones. El resultado es que los alumnos escogen la carrera primeramente por que les gusta la materia, en segundo lugar por las salidas que tiene, luego por el prestigio y quedan en último lugar la influencia familiar y otras razones.

Cabe señalar que en total, sumando los universitarios y los estudiantes de COU, hay un 25% que le gustaría estudiar otra cosa diferente a la que piensa estudiar o está estudiando; y es escandaloso que el 57% de los universitarios encuestados no está estudiando lo que realmente le gustaría estudiar. De ellos, sólo en un 14% de los casos la causa es no alcanzar la nota mínima necesaria para estudiar la carrera que les hubiese gustado.

La última cuestión que planteábamos, la calidad de la información de la que disponen los jóvenes para la elección de la carrera, queda resuelta de la siguiente manera: un 75% de los encuestados dice conocer las materias que se imparten en la carrera que piensa estudiar o está estudiando, mientras que un 86% conoce las posibles salidas profesiones que su carrera le puede ofrecer.

Conclusiones

Una vez estudiados los datos obtenidos, hemos llegado a diversas conclusiones que pasamos a enumerar.

1. Los jóvenes no estudian lo que les gustaría estudiar.

Esto, que puede parecer un atrevimiento a primera vista se fundamenta en dos observaciones. Por una parte, como ya hemos dicho, un 25% de los alumnos no elige la carrera que les gustaría. Esta decisión se debe en su mayoría a las dificultades de colocación de ciertas titulaciones.

Por otro lado la capacidad de cada facultad crea también un problema. Estudiando las plazas de cada facultad para cada una de las carreras hemos llegado a que un 15% de los encuestados se quedará fuera de la facultad a la que desea entrar por este motivo. Así, aunque un 23% de los alumnos quiere estudiar económicas o empresariales, sólo habrá plaza para un 11%; de la misma manera un 14% quiere estudiar ingeniería superior pero sólo podrá hacerlo la mitad (un 7%). Por lo tanto podemos suponer que muchos de ellos pasarán a estudiar una ingeniería técnica por verse en el último momento incapacitados para lo primero o por no tener plaza en una superior. Esto mismo suponemos que pasará en biológicas donde muchos de ellos entrarán porque no tienen plaza en medicina, ya que un 7% quiere estudiar medicina, y sólo lo podrán hacer un 2%.

2. Los criterios que mueven a los estudiantes a la hora de elegir la carrera son más subjetivos que objetivos.

Nos llama la atención la diferencia existente entre lo que piensan que les mueve a estudiar la carrera y otros aspectos que indican lo contrario. En este sentido, la principal razón aducida para elegir una carrera es el gusto por la materia, sin embargo observamos que las carreras más elegidas son aquellas (Empresariales, Derecho, Ingeniería…) cuya materia menos se ha trabajado durante el bachillerato. Y a la inversa, las materias más trabajadas en el bachillerato corresponden a las carreras que menos se eligen (Historia, Físicas, Filosofía,…).

Estudiando la importancia del prestigio que tiene la carrera para el estudiante observamos que se da una contradicción semejante a la anterior. Por una parte, el prestigio no es una de las razones de peso a la hora de elegir la carrera sin embargo eligen carreras que son, para ellos, prestigiosas aunque los demás opinen lo contrario.

Un último aspecto sobre estas contradicciones entre lo que piensan y lo que parece que les influye: los jóvenes consideran que su familia no ha influido en la elección, pero contestan por otra parte que su familia ha sido su mayor fuente de información. Nos parece difícil que no afecte la familia cuando de ella procede la mayor información.

Una propuesta de solución

Tras este estudio, queremos aportar una posible solución al problema. Nos parece que habría que distinguir entre la Universidad y una serie de escuelas de formación profesional de grado superior. Estas últimas estarían ligadas de alguna manera a las empresas de modo que estarían sometidas a la ley de la oferta y la demanda. Los motivos para entrar en esas escuelas serían los mismos que los que llevan a una persona a elegir un puesto de trabajo determinado. La Universidad quedaría al margen de estos problemas. Debería ser subvencionada por las empresas y el Estado de modo que se garantice su continuidad. Las personas que quisieran dedicar su vida a la Universidad la pasarían investigando en las diversas áreas del saber. Esto facilitaría el ingreso a las personas que realmente estén interesadas en esta dedicación. La Universidad ganaría en prestigio pudiendo volver a ser la que mueva el mundo de las ideas.