HOMO MUSICALIS


José María Morales de Álava, José Miguel Urtiaga, Pablo Duart, Eduardo Martos, Jesús Aranda, Pere Pujol, Haytham Elhawary Suárez

Coordinador: Tomás Gómez-Acebo Torres


LA MÚSICA COMO NECESIDAD ELEMENTAL DEL HOMBRE.

Se ha escrito mucho sobre la música a lo largo de toda la historia. Lo que se pretende con esta ponencia no es más que recapacitar sobre la importancia que tiene este tema en el día a día de un hombre normal.

La música es uno de los medios fundamentales que el hombre tiene para expresar sus sentimientos, su estado de ánimo, representar alguna situación concreta o, sin más, para recrearse en la belleza de la propia música. Pero, ¿ realmente está en la naturaleza del hombre el ser musical? ¿ Es un arte que surge espontáneamente desde los comienzos del ser humano? O, por el contrario, ¿se podría considerar algo superpuesto a su condición de animal racional?. Numerosas teorías sugieren que el origen de la música pudo estar en la imitación de los sonidos que emitían los animales. Sin embargo, se sabe que los niños de casi todos los países tienden a cantar una y otra vez el intervalo de una tercera menor, por lo general entre estas dos notas: la bemol-fa; este mismo intervalo es el que se suele oír en los cánticos de los hinchas deportivos. Es curioso. ¿Será este intervalo un "intervalo" natural del hombre, del mismo modo que el cuco siempre canta la-fa? De todos modos, lo que sí es cierto es que esto ya es un indicio musical.

La música constituye una necesidad elemental del hombre. El hombre canta cuando está enamorado, cuando está triste, cuando estudia, cuando descansa, cuando camina, cuando reza. La escucha en los momentos de mayor emoción y también en los de mayor alegría.

Es posible que el hombre, genéricamente hablando, necesite también tallar, pintar, versificar; pero muchos seres humanos no tienen la necesidad imperiosa de tales cosas, mientras que ninguno de ellos puede vivir sin cantar. En todo caso, cuanta más formación musical se tiene, más se sabe apreciar la buena música y si falta esta formación, manda la moda.

Una forma de expresar lo que la música produce en el oyente es a través del baile. Toda persona tiene un cierto sentido del ritmo y al escuchar determinados tipos de melodías como mínimo tenderá a seguir el ritmo con el pie, pudiendo derivar esto en el baile propiamente dicho: no hay más que ver a los africanos o a los brasileños para entender que el baile es un fenómeno natural. Además cada música producirá en el oyente un modo de baile distinto: desde los más pausados hasta los más agresivos.

 

CONTENIDO, MENSAJE Y FORMAS DE LA MÚSICA

Vamos a examinar ahora los distintos rasgos a través de los cuales el autor nos transmite una serie de ideas. La música nunca deja indiferente, aunque el efecto que produce en el oyente es distinto según qué música sea. Cada estilo tiene su momento en el cual debe ser escuchado, por ejemplo, en momentos de cansancio se tenderá a estilos melodiosos y tranquilos, mientras que en momentos de exaltación se preferirán músicas más agresivas.

Un elemento fundamental es el ritmo, éste tiene mucho que decir. Buena parte de la música moderna tiene un ritmo binario, siempre constante, es el caso del rock o el bakalao.

Así también cada música tiene su propio volumen. Escuchar ciertas operas de Wagner a un volumen bajo sería no haber captado el mensaje que intenta transmitirnos. En los estilos actuales de música el volumen es una pieza fundamental. Lo que se pretende con él es que el oyente no piense lo más mínimo ya que existe un miedo instintivo a quedarse solo y en silencio y a tener que enfrentarse con la propia conciencia; de esta forma se introducirá en su interior y se olvidará del resto de los que le rodean. Así podremos asignar a los momentos de mayor alegría músicas que necesiten ser escuchadas en un volumen alto, mientras que para los momentos de reflexión ocurre al contrario.

Otro rasgo a tener en cuenta son los modos o tonalidades en los que se desarrollan las canciones. Éstos son la parte fundamental por la que se expresa el sentimiento de la melodía. En la actualidad la música occidental tiene dos modos: el mayor y el menor. El mayor se caracteriza por ser más vivo, con más fuerza; mientras que el modo menor es más sentimental, expresa tristeza, melancolía, etc. Un ejemplo podría ser la melodía de la canción principal de la película Titanic. Ésta se mueve fundamentalmente en tonos menores, combinándolas con mayores en el estribillo para dar más fuerza.

Aunque no debemos olvidar que el elemento principal es la letra. El autor a través de ella nos transmite sus ideas, nos cuenta alguna historia o, sin más, nos expresa sus sentimientos.

 

RELACIÓN DE LA MÚSICA CON LA SOCIEDAD.

Con la música, el hombre se aísla por un momento de sus preocupaciones externas y se hace uno con ella, aunque sólo sea durante cinco minutos en la ducha. Es algo que se lleva dentro, donde podemos huir de los problemas y nos encerramos en un flujo constante de corcheas y fusas, una melodía intensa llena de sonidos penetrantes o, simplemente, con la cancioncilla del telediario del desayuno.

La música puede disfrutarse solo pero se disfruta más en grupo. Nadie va solo a un concierto. Los países, los grupos sociales no se representan con un poema o con un baile, sino por medio de un himno que todos sienten como propio.

La música sirve además para unir a los hombres. No porque la música sea condición necesaria para que la sociedad exista, sino porque facilita un sentimiento común, más aun, exige un esfuerzo de concordancia. Así, por ejemplo, el canto en un coro requiere un cierto olvido de sí, ya que por un momento se dejan las apetencias propias para ponerse de acuerdo con el resto del grupo y cantar todos juntos una misma melodía; y la belleza es mayor cuanto más aunados

Por otro lado grupos de personas se sienten unidos, o más bien identificados, con ciertos tipos de música y adaptan su forma de vestir, de actuar y, en general, de vivir con sus músicos favoritos. Piénsese en el movimiento hyppie de los años sesenta y setenta, con los Beatles como principales impulsores, o los actuales grupos de heavy metal, raperos, punkies, bakalao, etc.

 

CONCLUSIONES

La mayoría de la música que se escucha (la música de "éxito") es por moda. Es necesario enseñar a oír música, para que cada uno decida por sí solo. Para esto debe fomentarse la educación musical, en concreto en la universidad.

Con frecuencia se utiliza la música como reclamo para la solidaridad con la organización de conciertos benéficos; sin embargo, parece más un show promocional de los artistas que un verdadero deseo de fomentar la generosidad.

La música actual es un producto de consumo, que nace y muere. Esto va contra la propia música porque le resta valor.