PROFESIONALMENTE SOLIDARIOS


S. Abad, M. Arroyo, A. Castañeira, N. Maestre, C. Ormazabal, M. Vera.

Coordina: M. Jesús Alvarez Sánchez- Arjona.


INTRODUCCION

La solidaridad es un valor que está en alza. A nivel individual se ha desarrollado de forma importante el voluntariado, que en muchos casos ha perdido el matiz religioso que ha tenido a lo largo de la historia. A nivel institucional las empresas, a través de sus fundaciones, cooperan con proyectos humanitarios y así lo hacen saber a la opinión pública. Los países destinan parte de su P.I.B. a la ayuda al desarrollo, aunque en opinión de muchos esta cantidad es aún muy pequeña .

Según un estudio elaborado por la revista Consumer, para el 77% de los españoles la actuación del estado deja mucho que desear en la ayuda a otros países. Frente al 2% del presupuesto personal que destinan anualmente los españoles a estas donaciones, demandan al estado el 0.7% del P.I.B.

Todavía queda mucho por hacer, sin embargo existe una mentalización generalizada de que hay que ser solidarios y que no es posible quedarse de brazos cruzados ni los ciudadanos, ni las empresas, ni los estados.

El 20% de los españoles colabora con alguna ONG y 6 de cada 100 lo hacen como voluntario dedicando parte de su tiempo libre a trabajar desinteresadamente para los demás.

 

MANIFESTACIONES DE SOLIDARIDAD

Sin salir de nuestra universidad descubrimos iniciativas y proyectos en los que alumnos y profesores se ponen a trabajar juntos con un objetivo común: hacer algo que ayude a un grupo de gente a mejorar sus condiciones de vida.

La mayoría de los proyectos se desarrollaron en países latinoamericanos: El Salvador, Paraguay, Perú, etc. También se desarrollan iniciativas en lugares como la India, Kenia, Naivasha, Kiambu y Zimbaue. Los universitarios dieron su tiempo, su dinero y lo más importante: sus conocimientos, cada uno en su terreno: asistencia médica, alfabetización, restauración de poblados, prevención de enfermedades, construcción de residencias... Pero no sólo dieron su tiempo, sino que también recibieron acogida, amabilidad, conocieron la más absoluta pobreza, la importancia que la familia tiene en los países más pobres, el valor de la vida y un montón de cosas más.

Se ha demostrado con toda claridad el apoyo derrochado por los ciudadanos ante las últimas catástrofes naturales. En el diario La Gaceta de los Negocios, publicado el 1 de diciembre de 1998, se señala que Cruz Roja Española había recaudado para los damnificados 8.413 millones de pesetas; Cáritas 5.000 millones en donaciones…

La creciente sensibilidad por los problemas sociales dentro y fuera de España ha generado organizaciones comprometidas con causas tan diferentes como los derechos humanos, la educación, el bienestar social, la cooperación para el desarrollo, el patrimonio cultural o el medio ambiente. Las aportaciones de socios, o los donativos puntuales, no permiten la autosuficiencia; por tanto, la contribución de las empresas identificadas con el sector social es primordial.

Esta necesidad de financiación externa ha propiciado la aparición en el mercado de empresas especializadas en la captación de recursos destinados a causas solidarias. Nos encontramos ante las primeras iniciativas de Fundraising, técnica que se viene desarrollando en países como Estados Unidos o Gran Bretaña desde hace décadas y que en España es un servicio novedoso aún por explotar.

En España existen alrededor de 250.000 entidades registradas en el Ministerio de Interior como ONG, fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro.

 

PERO ¿QUÉ ES LA SOLIDARIDAD?

Pero ¿ Qué es la solidaridad? ¿Por qué hay que ser solidario? ¿En qué consiste?

Ser solidario se manifiesta en dar algo: tiempo, dinero, esfuerzo, trabajo en favor de otros sin esperar nada a cambio. Sin embargo, casi unánimemente, el que ha sido solidario de una u otra manera afirma que ha recibido más de lo que ha dado. Das, haces algo por los demás y recibes de esas personas y aprendes más de lo que has dado y enseñado. ¿Por qué? Porque estamos hechos para ser solidarios o, dicho de otro manera: ser solidarios va con nuestra naturaleza. Por eso se puede decir que el hombre se realiza siendo solidario. Esa es la razón por la que uno se "siente bien" cuando hace algo por los demás.

Ser solidario quiere decir que lo que se hace en favor de otros redunda en alguien con quien no te unen ni lazos de amistad ni de parentesco. En efecto, hacer algo en favor de un hermano, de tu padre o de un amigo, ya sea dedicarles tiempo, o esfuerzo de cualquier tipo, no es ser solidario, es ser un buen hermano, un buen hijo o un buen amigo.

 

¿CÓMO SER SOLIDARIO?

Si ser solidario es algo natural al hombre que le ayuda a realizarse y a mejorar la sociedad, cada persona ha de encontrar el modo de ser solidario día a día:

Irse lejos, para colaborar en un proyecto de desarrollo, es una manera de ser solidario, pero no todos pueden disponer de unos meses o unos años para dedicarlo a eso. Incluso aquellos que tiene la suerte de ir, emplean en esa actividad sólo unos meses y la solidaridad debe de abarcar toda la vida.

De manera parecida, colaborar como voluntario una horas semanales o mensuales está muy bien, pero no es suficiente: hay que ser solidario a diario.

Las instituciones serán más solidarias si las personas que forman parte de ellas son solidarias. Los estados se harán más solidarios si las personas que gobiernan son más sensibles a estos temas. Las empresas serán más solidarias si las personas que trabajan en ellas en todo los niveles procuran serlo, de esta manera, procurarán no buscar sólo el beneficio económico, que es necesario, sino también beneficiar a la sociedad en la que realizan su actividad y procurando, si es una empresa de servicios, desarrollar sistemas para personas que no pueden pagar ese servicio y que puedan acceder a él sin que perjudiquen la buena marcha de la empresa. Un ejemplo sería desarrollar un sistema de becas eficaz en las buenas universidades. Otro ejemplo: un sistema para que los centros hospitalarios, donde se hacen tratamientos de tecnología avanzada para enfermedades serias, puedan acceder a esos cuidados personas que realmente lo necesitan, aunque se trate de centros privados.

Pero además, las personas deben encontrar la forma de ser solidarias en su actuar diario. Cada una encontrará maneras diferentes de manifestar la solidaridad, que variarán según las circunstancias personales de carácter, situación familiar, profesional…

Una cosa en la que estamos de acuerdo es que la mejor manera de ser solidario es haciendo bien el propio trabajo. Y no sólo por salir del paso, para ganar dinero, o para ser reconocido por el resto de los compañeros, sino hacerlo bien porque ese trabajo va a repercutir en otras personas. Haciendo el trabajo con mentalidad de servicio es ser solidario. Incluso un trabajo que puede parecer que sólo repercute en uno mismo como es el estudio, influye en los demás, porque la formación que se adquiere mediante el estudio, es lo que hará que en un futuro se consiga ser buen profesional y posibilita hacer un servicio a los demás y a la sociedad de una manera eficaz. A través del trabajo se pueden encontrar maneras de resolver grandes problemas sociales, como es el caso de economista Muhammaad Yunus. A través de la fundación de un banco, que presta sin garantía cantidades muy pequeñas de dinero, ha conseguido que más de diez millones de personas salgan de la pobreza. Como dice el profesor Argandoña, con el trabajo el hombre no sólo ejerce su dignidad como persona, también contribuye el bien común y se encuentra con los demás en una tarea común. Nosotros pensamos que esa tarea común sólo se puede llevar a cabo si el trabajo se realiza con este punto de vista solidario.

 

CONCLUSIONES

Tras este estudio hemos llegado a las siguientes conclusiones: Nos damos cuenta de que la solidaridad esta en alza. Nos estamos mentalizando de que hay que ser solidarios y que no es posible quedarse de brazos cruzados. Tanto los ciudadanos como las empresas y estados tenemos que ponernos en marcha. Las manifestaciones de solidaridad se están dando también en las universidades; los universitarios están dando su tiempo, dinero y, lo más importante, sus conocimientos. Cada uno en su terreno: asistencia médica, alfabetización, restauración. La solidaridad se manifiesta en dar algo: tiempo, dinero, esfuerzo, trabajo en favor de otros sin esperar nada a cambio. La solidaridad esta unida con nuestra naturaleza y cada persona ha de encontrar el modo de ser solidario día a día.

Colaborar como voluntario unas horas semanales o mensuales está muy bien, pero no es suficiente: hay que ser solidario a diario. Las instituciones serán más solidarias si las personas que forman parte de ellas son solidarias. Los estados se harán más solidarios si las personas que gobiernan son más sensibles a estos temas. Las empresas serán más solidarias si las personas que trabajan en ellas procuran serlo. Pero además, las personas deben encontrar la forma de ser solidarias en su actuar diario. Cada una encontrará maneras diferentes de manifestar la solidaridad que variarán según las circunstancias personales de carácter, situación familiar, profesional… El trabajo diario, hecho con mentalidad de servicio, es una de las mejores manifestaciones de solidaridad.

 

BIBLIOGRAFIA

Bueno, C.(1998). Solidaridad. La Gaceta de los Negocios del 1 de diciembre de 1998.

Argandoña, A. (1994) Dignidad del trabajo y mercado de trabajo. III Coloquio de Etica empresarial y Economía. Eunsa. Pamplona 1994.

Portalo, Ana.(1998) Verano social. Redacción, octubre de 1998.

Sen, Amartya.(1987) On ethics and Economics. Blackwell Publishers, USA.

Yunus, M.(1.998) Hacia un mundo sin pobreza. Ed. A. Bello. Santiago de Chile.