LA VOZ DE UN PUEBLO


 Alfonso del Río, Didaka Gredilla, Daniel Gómez-Cortazar, Miguel Urrutia, Kepa Uribarrena, Javier Girbau, Javier Aspiazu, Íñigo Barea, Jaime Sáiz de Ibarra, Imanol Goyarrola


1. Introducción

A lo largo de los ultimos años se viene produciendo una progresiva extensión de una conciencia anti-violencia de la que participa la inmensa mayoría del pueblo vasco. Un pueblo cansado del continuo dolor producido por los actos terroristas de ETA, y que de una manera masiva manifiesta el sentimiento de rechazo absoluto a la violencia.

En nuestro trabajo de investigación tratamos de buscar hasta qué punto esta serie de movilizaciones sociales ha sido determinante para llegar a la situación que vivimos actualmente, un periodo de tregua que todos esperamos que termine en la paz definitiva. La paz que está en juego tiene dos fases: la inmediata y necesariamente urgente, de hacer que la tregua temporal de ETA se complete con el silencio definitivo de las armas; y por otra parte y a más largo plazo, la incorporación de todas las fuerzas políticas al diálogo en una auténtica democracia, para resolver el conflicto vasco de un modo definitivo. ¿hasta qué punto los políticos representan al conjunto de la sociedad? Si el pueblo quiere la paz, ¿las fuerzas políticas ponen los medios para lograrla?. Así mismo este trabajo investiga el anhelo de paz personificado en las movilizaciones masivas, tomando como eje central el suceso que acabó con la vida de Miguel Angel Blanco el 12 de julio de 1,997, y cómo esas movilizaciones han influido en el logro de la primera fase de la paz.

 

2. Evolución reciente del terrorismo

Algunas explicaciones de la aparición del terrorismo, se centran en la existencia de diversas características psicológicas en los que lo practican, o en la presencia de factores estructurales que lo desencadenen. Dentro del mundo de la violencia, los propios terroristas se apoyan en razones de legitimidad para mantener sus objetivos políticos.

El éxito o fracaso de una organización que practica la violencia, depende directamente, tanto de su eficacia militar como de su capacidad para crear en torno a sí misma un movimiento social, que atraiga a diversas organizaciones, a fin de ampliar el proceso de legitimación de sus fines. Es decir que esta violencia política debe entenderse como una forma de acción colectiva, encaminada a la movilización de la sociedad.

¿Pero cómo podemos explicar este proceso de pérdida paulatina de apoyo social y político de la violencia en el País Vasco?. Para entenderlo debemos fijarnos en los factores que originan las movilizaciones de protesta contra el terrorismo.

A mediados de los años 80, la inestabilidad política vasca se hace patente, por la ruptura de la izquierda abertzale, entre HB y Euskadiko Ezkerra. En 1.988 se firma el Pacto de Ajuria-Enea, donde los partidos democráticos sientan las bases sobre la estrategia frente a la violencia terrorista.

Además por parte de la sociedad, también se producen cambios: un grupo de personas constituyen la Asociación por la Paz de Euskal Herria, para intentar impulsar una conciencia pacifista y de rechazo de la violencia.

En 1986 se producen las primeras movilizaciones de Gesto por la Paz cada vez que se produce una muerte violenta.

En un clima de intimidación, numerosos grupos se van formando en los pueblos del País Vasco. Estos grupos que se movilizan silenciosamente van tejiendo una red de colectivos locales que hace plausible la manifestación del rechazo a la violencia terrorista de ETA.

En 1988 se produce la fusión de ambos grupos y la creación de la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria que estaba constituida por 50 grupos, y que hoy agrupan a más de 130.

En 1990 se constituye Denon Artea- Paz y Reconciliación, y posteriormente Bakea Orain y Elkarri. También existen otros colectivos que de muy diversas formas se relacionan con la violencia en Euskadi como Senideak, Gestoras Pro-Amnistia, Herria 2000-Eliza, Gernika Batzardea, Oreteta Bake Taldea, Asociación Pro Derechos Humanos, etc.

Aunque existen diferencias notables entre todos estos grupos en términos de tamaño, objetivos, estrategia, relaciones, etc, lo más significativo es el protagonismo que algunos de estos colectivos han adquirido en la movilización de la sociedad civil contra la violencia política. Mientras que Gesto por la Paz, Denon Artea, Bakea Orain, que constituyen el núcleo central de este movimiento, funcionan como una comunidad estratégica para concienciar y movilizar a la sociedad vasca, Elkarri pretende convertirse en un mediador a favor del diálogo y el acuerdo.

A lo largo de los últimos 10 años, las movilizaciones masivas que se han producido en Euskadi han tenido como objeto la repulsa de la violencia de ETA y el deseo de Paz.

Las mayores movilizaciones que se han producido en el País Vasco en estos años han tenido como objeto el rechazo del terrorismo, desde la movilización del 18 de marzo de 1989 "Paz ahora y para siempre", celebrada en Bilbao, pasando por las convocadas en San Sebastián durante los secuestros de Julio Iglesias Zamora(1993) y Jose María Aldaya (20 de mayo de 1995) o el asesinato del Ertzaina Montxo Doral(9 de marzo de 1996).

Junto a estos momentos de masiva movilización de repulsa y condena, lo realmente significativo desde el punto de vista sociológico es el hecho de que las miles de pequeñas movilizaciones(más de siete mil llevadas a cabo por la Coordinadora Gesto por la Paz durante los 11 meses de secuestro del empresario Aldaya) realizadas durante los últimos años han cristalizado en una conciencia pacifista y anti-violencia de ETA, que se ha ido extendiendo entre amplios sectores de la sociedad.

¿Ha intentado ETA callar estos movimientos sociales en favor de la paz, por medio de la violencia? ¿Corrían algún riesgo los ciudadanos que se manifestaban en contra de la violencia terrorista?

Un fenómeno que surgió en algunas de estas manifestaciones, fue la contramanifestación. Los ciudadanos que salían libremente a expresar su sentimiento de repulsa fueron sintiéndose coaccinados. A pesar de la presión a la que estaban sometidos, perseveraban en su gesto de solidaridad a favor de la paz. También es verdad que muchos ciudadanos al verse sometido a esta presión tanto psicológica como, en algunos casos, física dejaron de acudir, por miedo, a las manifestaciones en contra del terrorismo.

 

3. Ermua

El hecho que hemos tomado como eje central de este trabajo y que corrobora una vez más el rechazo del terrorismo de ETA es el secuestro y asesinato de Miguel Angel Blanco.

A media tarde del jueves 10 de julio de 1997 se conoció el secuestro de Miguel Angel Blanco, joven de 29 años, concejal de Ermua por las listas del PP, economista empleado en un despacho de asesoría fiscal. En un comunicado emitido poco después, los terroristas amenazaron con ejecutarle en 48 horas si el Gobierno no trasladaba a las cárceles del País Vasco a todos los presos etarras.

Como consecuencia de la amenaza, tuvo lugar una movilización, sin precedentes, que sacó a la calle de forma espontánea a más de seis millones de ciudadanos, que se manifestaron ante la impotencia y la incapacidad de la clase política para detener la marea de violencia.

En aquellos cuatro días de julio las gentes del País Vasco y de toda España fueron protagonistas de una demostración de unidad y solidaridad contra la violencia. Lo sucedido esos días fue algo que nunca se había visto hasta entonces, era el más claro mensaje de unidad social de todo un pueblo frente a la sinrazón de los violentos y por encima de toda diferencia política.

El secuestro y posterior asesinato de Miguel Angel Blanco no solo produjo un rechazo de la violencia por parte de la sociedad, sino también dentro de la misma izquierda abertzale, desde la cual se criticó duramente. Testimonios como los de Teresa Múgica (HB), José Miguel Latasa Guetaria (ex miembro de ETA), Mikel Sueskun, y otros muchos lo manifiestan. También podemos considerar la dimisión del concejal de HB de Ermua.

Desde lo acontecido en Ermua, hasta la declaración de la tregua por parte de ETA, el 16 de septiembre de 1998 han pasado año y dos meses, tiempo suficiente que han tenido los terroristas para reflexionar sobre las consecuencias de las movilizaciones en su contra. Como decíamos al principio, si hasta entonces ETA iba perdiendo apoyo social, después de lo de Ermua se ha acelerado este fenómeno.

 

4. La tregua de ETA

El cambio de estrategia política de HB (ahora Euskal Herritarrok), el Pacto de Estella entre PNV, EA, EH y IU y las elecciones autonómicas del País Vasco el 25 de octubre de 1998 pudieran ser otras razones para que ETA declarara la tregua.

Desde que ETA declarase la tregua en un comunicado emitido el dia 16 de septiembre, ha habido otros cuatro comunicados. El segundo comunicado fue casualmente el 24 de octubre, un dia antes de las elecciones autonómicas. La alta participación con que la ciudadanía vasca respondió a la convocatoria electoral demuestra hasta qué punto ha valorado la importancia decisiva de estas elecciones en la historia de nuestra autonomía. La alta participación que tuvo tan sólo fue superada en las primeras elecciones democráticas del 1,977. Las dos formaciones que salieron reforzadas de los comicios representan las posiciones que se han presentado como más difíciles de conciliar: el PP y EH.

Si comparamos la evolución de voto de los últimos 8 años, en las elecciones autonómicas de 1990, HB obtuvo 186.410 votos (18,33%), en el 94 fueron 166.147 (16,29%), con un claro retroceso, pero con el cambio de estrategia y la tregua, en estas elecciones obtuvieron un claro ascenso al contar con 223,264 votos (17,9%). El resultado electoral subraya la tendencia hacia la heterogeneidad territorial del mapa político vasco. La subida del PP al segundo puesto del ranking en Euskadi la ha situado por encima del resultado obtenido en las elecciones generales de 1996, pasando del 14,41% en el 94 al 20,1 % en el 98.

Por su parte la Iglesia, en dos documentos firmados por los obispos del País Vasco y Navarra de fecha 17 de septiembre del 98 y 21 de diciembre del 98, ha visto en la tregua y la nueva situación surgida de ella una esperanza de paz y reconciliación para la sociedad vasca. "Hacemos nuestra esa esperanza" manifiestan y animan a los ciudadanos a tomar "las actitudes y comportamientos adecuados para evitar la grave frustración social que se seguiría del fracaso de las expectativas suscitadas". Si el diálogo se convierte en camino de pacificación, añaden que "los gestos razonables por parte de todos alientan la confianza y abren nuevas etapas, ya que el diálogo entre las personas no sólo es verbal sino también con hechos".

¿Quiénes han de ser los protagonistas en llevar a buen puerto la esperanzadora tregua de ETA? ¿Serán capaces las fuerzas políticas de representar el querer del pueblo y defender sus derechos?

 

5. Conclusiones

La solidaridad ciudadana manifestada con contundencia incontestable en las manifestaciones de repulsa social a la violencia desencadenadas tras el asesinato de Miguel Angel Blanco, provocó una total unión social y política.

A nuestro juicio la principal importancia de aquellos hechos es doble:

  1. por una parte, porque se trata de un gesto de unidad social sin precedentes, en nuestra comunidad política.
  2. por otra parte, porque entendemos que tuvieron una importancia capital influyendo decisivamente en que el problema terrorista desemboque en el actual proceso de paz.

 Como es lógico queda mucho camino por recorrer, pero su estudio excede el ámbito del presente trabajo de investigación. De todas formas no nos cabe duda de que ese camino habremos de recorrerlo los ciudadanos, desde la solidaridad.