Técnicas de acceso vascular

 

El acceso a la circulación sanguínea comprende la inserción de una aguja o un catéter para monitorización, obtención de muestras o tratamiento. El acceso vascular más simple se obtiene insertando catéteres en vías periféricas, aunque existe también acceso a vías centrales y a arterias.

Básicamente existen tres tipos de cánula:

Ø      Agujas huecas como guía

Ø      Catéteres internos de plástico insertados mediante aguja hueca

Ø      Catéteres internos de plástico insertados mediante una guía metálica previamente introducia en una aguja (técnica de Seldinger).

Para el acceso a vías periféricas, todas las venas visibles o palpables a través de la piel pueden utilizarse para la extracción sanguínea, cateterización y tratamiento intravenoso con líquidos. Los sitios preferidos son las venas del antebrazo, mano y pie. Las venas de las extremidades pueden dilatarse colocando un torniquete por encima del área a puncionar o por acción de la gravedad, al bajar el miembro.

Localizar la vena y limpiar la superficie con alcohol o yodo-povidona. Hay que fijar la vena mediante tracción de la piel e introducir la aguja con una inclinación de 30-45º con el biselado de la aguja hacia arriba. Una vez producido el retorno venoso, avanzar el catéter, disminuyendo el ángulo de entrada. Retirar el torniquete, y comenzar la extracción sanguínea o terminar de introducir el resto del catéter, retirando la aguja  y conectando el tubo de infusión estéril.   

Las complicaciones de esta técnica son la rotura venosa, hematoma, celulitis, trombosis y flebitis. La sección del catéter por el bisel puede producir embolia del mismo.