Investidura Doctor Honoris Causa

Prof. Durán Sacristán


                                   


Laudatio

 

Sinopsis biográfica del Prof. Hipólito Durán Sacristán

por el Prof. Jaime Méndez Martín

 

Excmo. Rector Magnífico de la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea,

Excmos. Rectores Magníficos de las Universidades de Deusto, Valladolid y Castilla-La Mancha,

Excmas. e Ilmas. Autoridades,

Ilmos. Vicerrectores, Decanos y Directores,

Ilustres Miembros del Claustro universitario

Alumnos, amigos, señoras y señores.

 Con emoción contenida, propia del afectuoso respeto y admiración que el discípulo siente por su Maestro, abordo el reto de bosquejar una biografía caracterizada por la entrega diaria al hombre, en especial al afligido por la enfermedad y al necesitado o deseoso de adquirir conocimientos y formación. Los frutos de dicha entrega han sido copiosos y provechosos, por lo que considero serán perennes. Muestra de esta afirmación fue el apoyo unánime prestado, en todas las instancias, cuando se propuso al Prof. Hipólito Durán Sacristán como Doctor Honoris Causa por nuestra Universidad. Aceptando que estos párrafos no pueden abarcar el contenido de una vida tan fructífera, resumiré la personalidad y obra de quien hoy nos reúne en este solemne Acto Académico, considerando además algunos aspectos de su "intrahistoria", concepto unamuniano que aplico a la semblanza de tan ilustre huésped.

Nacido en Valladolid, estudiará Medicina en la Universidad de su ciudad natal, cargada de tradición y buen hacer. Pienso que estas raíces condicionaron en parte la caracterología del Prof. Durán, resultando un trabajador inagotable, sobrio, austero, responsable y perfeccionista, dándose a los demás con arraigado sentido de fidelidad, y poseyendo una envidiable capacidad para la oratoria y la didáctica, que ejerce con especial pulcritud lingüística. Como alumno excepcional, sus calificaciones en el pregrado fueron el preludio del brillante futuro que le aguardaba, obteniendo matrículas de honor en el 90% de las asignaturas, Premio Extraordinario en la Licenciatura, y el Premio Nacional "Fin de Carrera" concedido en cada año al mejor expediente académico de todas las Facultades de Medicina españolas. También refrendó su capacidad como estudiante consiguiendo la primera plaza en las oposiciones de acceso a la Academia de Alumnos Internos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, de la que pocos años después sería su Presidente electo. Al ingresar en la misma como Alumno Interno de Histología y Anatomía Patológica ponía en evidencia el interés que siempre ha mostrado por las bases morfológicas de la enfermedad, esenciales para quienes ejercemos la Cirugía. A la par, aquella Academia de Internos representaba un particular medio de cultivo vocacional para los alevines de la profesión y, en particular, de la Medicina universitaria; desde ella el Prof. Durán proyectaría su futuro. Mas este recorrido no puede entenderse sin la participación de su Maestro, el Prof. Vara López, a la sazón Catedrático de Patología y Clínica Quirúrgicas en Valladolid. El destacado alumno fue atraído por un carismático Maestro, por lo que sin dudarlo optó por acceder a la plaza de Alumno Interno en su Cátedra y Servicio Clínico, tras nuevas oposiciones. El año 1.944 será pues trascendental para el alumno Hipólito Durán, al vincularle definitivamente con el Prof. Rafael Vara López quien se encargaría, como Maestro universitario y quirúrgico incuestionable, de troquelar a tan aventajado discípulo. Pocos años después el Prof. Vara ocupará la Cátedra del antiguo Hospital de "San Carlos", en la Universidad Complutense de Madrid, y Don Hipólito le acompañará con un firme proyecto vocacional hacia la Cirugía Universitaria, para realizar su formación durante las etapas de Prof. Ayudante, Médico Interno, Doctorado, y Prof. Adjunto.

En 1.959 obtiene la Cátedra de Patología y Clínica Quirúrgicas de la Universidad de Valladolid, destacando en oposiciones que en aquella época eran muy competidas por el carácter esporádico con el que se convocaban. Aunque el retorno a su universidad de origen quizá tuvo cierto carácter providencial, al que el Prof. Durán concede particular protagonismo en muchas de sus encrucijadas vitales, la precariedad en recursos asistenciales, docentes e investigadores con que se encontró resulta inimaginable bajo nuestras perspectivas actuales. Lejos de amilanarle, estas limitaciones fueron acicate de su espíritu emprendedor e incansable que, sustentado por una capacidad de trabajo poco común, le impulsó hacia una ruta en la que supo incrementar y transmitir el legado que había recibido del Prof. Vara López. En breve plazo su labor gozó del máximo crédito y en 1.960, un año después de su llegada a la Universidad de Valladolid, fue nombrado Rector Magnífico. Entre los logros de su gestión desde el Rectorado en aquella Universidad, a cuyo distrito se adscribían los universitarios vascos, he de referirme de manera especial a la fundación del campus de Sarriko. Con el espíritu resolutivo que le caracteriza superó trabas y dio ubicación definitiva a la por entonces denominada Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales de Bilbao, acudiendo en calidad de Rector Magnífico al solemne Acto Académico de Graduación de la 1ª Promoción, celebrado en 1.961.

Un nuevo y concluyente giro en su recorrido sucedería en el año 1.968, cuando obtiene la Cátedra en la Universidad Complutense de Madrid. Con este cambio final en cierto modo repetiría una historia similar a la que había vivido en sus comienzos, acompañándole en el traslado aquellos discípulos que fuimos atraídos por el carisma que ya poseía. A partir de entonces su labor se hizo aún más densa, formando a un copioso número de profesionales de la Cirugía, Investigadores, y Profesores Universitarios. Es pues el Maestro de una Escuela quirúrgica universitaria entendida, según él mismo ha señalado, como "la agrupación de hombres con formación e información de origen común, y que conservan sus características personales participando en el enriquecimiento formativo del conjunto". Tal definición muestra el talante universal y, en consecuencia, plural que rige su conducta. El prestigio que en justicia obtuvo por la cualificada actividad que rezumaba desde su Cátedra en el Hospital Clínico "San Carlos" le haría recibir cargos, honores y distinciones. Miembro de Número en distintas Asociaciones, será nombrado Miembro de Honor en un sinfín de Sociedades Científicas: Sociedad Argentina de Cirujanos, Universidad Internacional del Mediterráneo, Sociedad de Cirujanos de Chile, Academia Ecuatoriana de Medicina, Interamerican Medical and Health Association, Academia Nacional de Medicina del Perú, etc…Entre otros honores, ha sido distinguido con la Encomienda con Placa de Cisneros, el Víctor de Oro, la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, la Encomienda con Placa de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad, y la Medalla de Oro de la Academia Nacional de Medicina de Francia. En 1.975 ingresa como Académico de Número en la Real Academia Nacional de Medicina, de la que después será su Vicepresidente, pasando a presidir desde 1.994 tan insigne Institución, por unanimidad en las sucesivas elecciones y reelecciones. También por unanimidad se le asignaría la Vicepresidencia de la Federación Europea de Academias Nacionales de Medicina, que le conducirá a ocupar la Presidencia de dicha Institución, exponente en la Unión Europea de la Medicina Académica del máximo rango.

La Universidad y la Medicina, en particular la Cirugía, han ocupado la mayor parte de su tiempo y en ellas se ha volcado en cuerpo y alma, expresión común que en su persona alcanza significado literal. En la dilatada lista integrada por los que a él estamos ligados de manera imperecedera, por gratitud y fidelidad al habernos distinguido con su amistad y cordialidad, figuramos numerosas personas enraizadas con el País Vasco: condiscípulos, compañeros en la Escuela del Prof. Vara, colaboradores, profesionales de la Medicina, y profesores de la Universidad. Por ello, Don Hipólito es muy querido y apreciado en nuestra tierra, donde con reiteración se le ha convocado a reuniones y conferencias, a las que siempre ha acudido gustoso haciendo hueco en su recargada agenda, de manera particular al Hospital de Basurto y a la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, de la que es Académico de Honor. A pesar del enorme bagaje universitario que ofrecía, de manera absurda e injusta fue desplazado prematuramente de su Cátedra a la edad de 65 años, al igual que un granado elenco de la Universidad Española, en aplicación de criterios administrativos de infausto recuerdo. Pese a ello ha mantenido su actividad prolífica, siendo designado Miembro del Colegio Libre de Eméritos y otorgándosele algunas de las distinciones y cargos de responsabilidad ya mencionados. Elegido en 1.997 "Médico del Año", intuyo que no alcanzó dicha distinción exclusivamente por capacidad profesional, científica y docente, sino que en la elección fue determinante su honestidad y coherencia. Como buen docente y médico instruye con el ejemplo y la sinceridad, rechaza las ambigüedades, valora los hechos con espíritu crítico constructivo, y mantiene las esencias de la Medicina con el máximo respeto hacia el Hombre, en el que cree de manera particular. Así señala en alguno de sus escritos: "sólo es posible sentir íntimamente la Medicina si se aplica al hombre entendido como persona…Si se omite el alto destino del hombre, autor de acciones libres, y no se comprende su dolor, no hay Medicina ni Cirugía".

La obra científica del Prof. Durán expresa su abundante experiencia quirúrgica, abarcando la casi totalidad de los procesos y procedimientos que corresponden a la Cirugía General, en su sentido más completo, materia de la que es ejemplo indiscutible. Debe tenerse en cuenta, además, que para un cirujano la actividad asistencial resulta prioritaria, muchas veces perentoria, exigiéndole tiempo y esfuerzo. Sin menoscabarla, es más, viviéndola con una intensidad excepcional reconocida por propios y extraños, Don Hipólito la ha compaginado con incontables conferencias, unas ochenta Tesis Doctorales por él dirigidas, más de doscientas publicaciones, y visitas a centros de reconocido renombre (Oxford, Londres, Cardiff, Utrech, Houston, Cambridge, etc…), siempre a expensas de robar horas al ocio, al sueño y a la familia, en un menester permanente. En el contenido de sus artículos y libros priman la utilidad clínica, la realidad y la veracidad de la experiencia vivida, propias del clínico sagaz y del cirujano cabal dotado de sólida base científica.

Sus publicaciones son fruto del interés que desde la clínica siempre ha mostrado por los problemas quirúrgicos más complejos, que ha analizado en todo su espectro. Así, en la vertiente general sobre las respuestas y eventuales complicaciones del paciente sometido a cirugía, estudió el papel nocivo que al respecto juegan los estados crónicos de hipovolemia, anemia e hipoproteinemia, establecidos por situaciones hipercatabólicas propias de afecciones muy comunes (cáncer, procesos inflamatorios crónicos, hiponutrición, etc…). Alertando sobre los acontecimientos fisiopatológicos ligados a dichos estados deficitarios, hoy bien conocidos, el Prof. Durán fue un precursor en entender la necesidad de detectar y corregir aquellos problemas con antelación al acto quirúrgico. En una línea similar, también se detuvo a valorar las peculiaridades de los riesgos y complicaciones de origen cardíaco, respiratorio y tromboembólico, protagonistas destacados en la morbi-mortalidad del paciente quirúrgico, alcanzando conclusiones que aún poseen actualidad respecto a la profilaxis y tratamiento de estos severos avatares. En este mismo sentido, se ha preocupado por los trastornos homeostáticos más enrevesados, y de manera específica por aquellos que acaecen sobre los pacientes en situación crítica, atendidos en su Unidad de Cuidados Intensivos Quirúrgicos del Hospital "San Carlos". Son bien conocidas sus esquemáticas y veraces ideas sobre los enfermos en estado de shock, en las que anticipó aspectos esenciales del que más tarde conoceríamos como fracaso orgánico múltiple, al que están abocados no pocos de aquellos pacientes.

Al igual, son numerosos sus artículos sobre cirugía digestiva, torácica, ósteo-articular, vascular, de los procesos neuroquirúrgicos, etc…, propios del impresionante edificio que él ha construido alrededor de la Cirugía General. Ellos han versado, entre otros contenidos, sobre los problemas traumáticos graves, los aspectos complejos del aparato locomotor, la enfermedad hidatídica en todas sus localizaciones, y la cirugía oncológica. Respecto a esta última parcela ha divulgado una copiosa experiencia, fiel exponente de su capacidad quirúrgica, en afecciones neoplásicas de distintas localizaciones: gástrica, duodeno-pancreática, colo-rectal, esofágica, pulmonar, mamaria, ósea, etc…Los trasplantes de órganos (riñón, hígado, páncreas), en particular el injerto hepático experimental, protagonizan la época más reciente de su actividad investigadora. En ella ha aportado aspectos técnicos puntuales y criterios novedosos sobre el papel de los neurotransmisores adrenérgicos en la encefalopatía porto-cava.

No se nos oculta, que labor tan meritoria es el resultado de su capacidad personal en amalgama con la dedicación al estudio y al enfermo, y con el carisma de Maestro por el que ha atraído a colaboradores y discípulos. Con su testimonio, el Prof. Durán ha cumplido sobradamente con el concepto alfonsino de Universidad, como "ayuntamiento de maestros y discípulos para la transmisión de los saberes". Tanto su obra escrita como conferencias y coloquios, son fuentes imprescindibles para quienes precisamos revisar nuestros conocimientos o, simplemente, recibir consejo. También nos ha aportado atractivos y reales planteamientos respecto a la Enseñanza y las bases epistemológicas de la Cirugía, así como sobre la Ética Médica. Este ingente y preciado material nos lo ha transmitido de manera concentrada en el Tratado de Cirugía que ha dirigido y escrito junto con un grupo de catedráticos de la universidad española, ligados a él por razones de Escuela, muy divulgado en el vasto mundo formado por los estudiosos en lengua castellana.

Con su obra, Don Hipólito expone, de manera magistral, un profundo sentimiento de interés y respeto hacia quienes hemos tenido la fortuna de acogernos bajo su tutela, enfermos, alumnos y discípulos, pues, como bien señalara nuestro genial Miguel de Cervantes, "lo que se sabe sentir se sabe decir". Como paradigma de cirujano universitario, ha consumado de manera sobrada el lema que distingue al emblema de nuestra Universidad: "eman ta zabal zazu", "da fruto y dalo a conocer".

Y por todo lo expuesto, solicito se proceda a investir al Excmo. Sr. D. Hipólito Durán Sacristán Doctor Honoris Causa de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea por la Facultad de Medicina y Odontología.